En nuestro país, la última evaluación cuantitativa de la población de Adultos Mayores, la entrega la encuesta Caracterización Socioeconómica Nacional, CASEN 92, efectuada por el Ministerio de Planificación y Cooperación, MIDEPLAN, en 1992.
La cifra que entregó CASEN 92 es de 1.305.557 personas mayores de 60 años, lo que constituye una cifra cercana al 10% de la población total del país. Su distribución por sexos es de 734.440 mujeres y 571.117 hombres. "En cuanto a su ubicación geográfica, ésta no es homogénea, encontrándose entre las más envejecidas las regiones IV, VII, IX y X". La encuesta también da cuenta de los índices socioeconómicos de la población mayor.
La preocupación por los Adultos Mayores tiene larga trayectoria en Chile. La Ancianidad desvalida era atendida en establecimientos dependientes de la Dirección General de Beneficencia y Asistencia Social, a través de las juntas de Beneficencia. En 1927, existían 9 Hospicios y 2 Asilos de Ancianos. Asimismo, la acción filantrópico de distintas Iglesias y de otras instancias de iniciativa privada, atendía a sectores de la población mayor de escasos recursos, en Asilos de Ancianos.
A mediados de los años setenta se destaca la labor emprendida por el Consejo Nacional de Protección a la Ancianidad, el CONAPRAN, CARITAS CHILE, el Hogar de Cristo, entre otras numerosas entidades preocupadas de atender a la población mayor, con problemas de subsistencia. Surgen, además, hogares de ancianos de carácter privado, llamados Casas de Reposo, que ofrecen servicios para el cuidado de ancianos.
En la década de los ochenta, ya se empieza a observar en Chile, que las personas que han llegado al fin de su edad laboral tienden a mantenerse activas. Con expectativas reales de mayor disponibilidad de tiempo, buscan realizar labores distintas a sus tareas anteriores, tener la opción de emprender nuevos estudios o bien, como el ejemplo más simple, las "dueñas de casa" no delegan su autoridad y continúan asumiendo responsabilidades.
Surge dentro de los Organismos No Gubernamentales, ONG, un interés por captar estas inquietudes. Se forman pequeños grupos con el propósito de ocupar el tiempo libre. A través de cursos y talleres se trabaja tanto en el plano intelectual como en el práctico. El apoyo que se brinda a los mayores, que se inició como un gesto de simpatía, va cobrando profundidad.
Es de hacer notar la labor que se propone desarrollar la ONG Años, con el financiamiento del Fondo de Solidaridad e Inversión Social (FOSIS) y el apoyo de las Municipalidades correspondientes. La ONG Años inicia la ejecución del proyecto "La Casa de Todos: Una organización funcional para 1a participación comunal del Adulto Mayor".
Este proyecto, a la fecha, es ya una realidad que cumple una acción social y comunitaria de primera importancia dentro de los planes y programas para el Adulto Mayor y cuya presencia se encuentra en diversas regiones del país.
Pero, son las Universidades las entidades que van a otorgar un nuevo enfoque para encauzar este interés. Así, organizan programas académicos y técnicos en dos niveles. El primero ofrece diversos cursos dirigidos a los mayores y el segundo se propone capacitar a quienes deseen trabajar con estos grupos etáreos.
La primera en generar estos programas fue la Pontificia Universidad Católica de Chile, creando el Programa para el Adulto Mayor dentro de las funciones de Extensión Universitaria y de su Vicerrectoría Académica. Esta decisión fue seguida por otras cinco Universidades, hasta el año 1995, Universidad Católica de Valparaíso, Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación, Universidad Mayor, Universidad de Concepción, y Universidad Austral de Valdivia.
A partir de 1996, la Universidad de Chile está realizando un Plan Piloto al anexar en todas sus carreras una Cátedra sobre el Adulto Mayor. "Se encuentra recién inaugurada la Unidad Académica de Gerontología de la Universidad de Chile, en el Hospital Geriátrico, dirigida por la Dra. Ximena Bunster. Esta Unidad incentivará la investigación, la docencia y la difusión de los temas relacionados con el adulto mayor, a través de un programa interdisciplinario." El tema continúa ganando espacios.
El Estado asume la responsabilidad que le cabe a través de sus Ministerios. Cada uno en su área, desarrolla la tarea que le compete para atender a esta población. Así, el Ministerio de Salud desarrolla sus Planes de Previsión en Salud, dentro de cuyas políticas se considera un acercamiento hacia el Adulto Mayor para instruirlo en la prevención de enfermedades crónicas; el contacto se realiza a través de los Consultorios de Atención Primaria de todo el país.
El Ministerio de Educación ha considerado una política muy activa para la Educación de Adultos. Sus planes y programas se desarrollan básicamente en dos niveles:
a) desde la Alfabetización hasta Cuarto Año Medio, con proyección al acceso a la Educación Superior, y
b) el Programa Centros de Educación Integrada de Adultos, en que se unen estudio y capacitación laboral.
El Ministerio de Planificación y Cooperación, MIDEPLAN, en su Departamento de División Social, ha creado el Programa para el Adulto Mayor, a partir de 1990. Su función es de coordinación de todas las iniciativas y actividades que se desarrollan en beneficio de esta parte de la población, sean éstas de carácter público o privado. En 1993 elaboró y entregó al conocimiento público, las "Políticas Nacionales sobre Envejecimiento y Vejez." Como una forma de apoyar las iniciativas privadas y comunitarias a la presentación de proyectos para el Adulto Mayor, el Ministerio abre esta posibilidad a través del Fondo de Solidaridad e Inversión Social, FOSIS.
Con el propósito de elaborar una política más específica, se creó en Enero de 1995, la Comisión Nacional para el Adulto Mayor, presidida por la señora Marta Larraechea de Frei. Esta Comisión funciona en base a Sub-Comisiones.
En cada Unidad Vecinal, los Adultos Mayores se han organizado, mayoritariamente en Clubes, los que reciben gran apoyo del Programa para el Adulto Mayor, pero dejando abierta la opción a la iniciativa de los propios beneficiados.
En forma paralela a este desarrollo comunitario existen grupos, de carácter privado, que realizan actividades en beneficio de los mayores y que se encuentran del mismo modo vinculados al Programa para el Adulto Mayor. Esta preocupación y actividad en torno al Adulto Mayor responde al planteamiento asumido por nuestras autoridades públicas y privadas, de que el Hombre es un Ser Social y como tal su vida se encuentra vinculada esencialmente a la sociedad. La soledad lo paraliza.
La cifra que entregó CASEN 92 es de 1.305.557 personas mayores de 60 años, lo que constituye una cifra cercana al 10% de la población total del país. Su distribución por sexos es de 734.440 mujeres y 571.117 hombres. "En cuanto a su ubicación geográfica, ésta no es homogénea, encontrándose entre las más envejecidas las regiones IV, VII, IX y X". La encuesta también da cuenta de los índices socioeconómicos de la población mayor.
La preocupación por los Adultos Mayores tiene larga trayectoria en Chile. La Ancianidad desvalida era atendida en establecimientos dependientes de la Dirección General de Beneficencia y Asistencia Social, a través de las juntas de Beneficencia. En 1927, existían 9 Hospicios y 2 Asilos de Ancianos. Asimismo, la acción filantrópico de distintas Iglesias y de otras instancias de iniciativa privada, atendía a sectores de la población mayor de escasos recursos, en Asilos de Ancianos.
A mediados de los años setenta se destaca la labor emprendida por el Consejo Nacional de Protección a la Ancianidad, el CONAPRAN, CARITAS CHILE, el Hogar de Cristo, entre otras numerosas entidades preocupadas de atender a la población mayor, con problemas de subsistencia. Surgen, además, hogares de ancianos de carácter privado, llamados Casas de Reposo, que ofrecen servicios para el cuidado de ancianos.
En la década de los ochenta, ya se empieza a observar en Chile, que las personas que han llegado al fin de su edad laboral tienden a mantenerse activas. Con expectativas reales de mayor disponibilidad de tiempo, buscan realizar labores distintas a sus tareas anteriores, tener la opción de emprender nuevos estudios o bien, como el ejemplo más simple, las "dueñas de casa" no delegan su autoridad y continúan asumiendo responsabilidades.
Surge dentro de los Organismos No Gubernamentales, ONG, un interés por captar estas inquietudes. Se forman pequeños grupos con el propósito de ocupar el tiempo libre. A través de cursos y talleres se trabaja tanto en el plano intelectual como en el práctico. El apoyo que se brinda a los mayores, que se inició como un gesto de simpatía, va cobrando profundidad.
Es de hacer notar la labor que se propone desarrollar la ONG Años, con el financiamiento del Fondo de Solidaridad e Inversión Social (FOSIS) y el apoyo de las Municipalidades correspondientes. La ONG Años inicia la ejecución del proyecto "La Casa de Todos: Una organización funcional para 1a participación comunal del Adulto Mayor".
Este proyecto, a la fecha, es ya una realidad que cumple una acción social y comunitaria de primera importancia dentro de los planes y programas para el Adulto Mayor y cuya presencia se encuentra en diversas regiones del país.
Pero, son las Universidades las entidades que van a otorgar un nuevo enfoque para encauzar este interés. Así, organizan programas académicos y técnicos en dos niveles. El primero ofrece diversos cursos dirigidos a los mayores y el segundo se propone capacitar a quienes deseen trabajar con estos grupos etáreos.
La primera en generar estos programas fue la Pontificia Universidad Católica de Chile, creando el Programa para el Adulto Mayor dentro de las funciones de Extensión Universitaria y de su Vicerrectoría Académica. Esta decisión fue seguida por otras cinco Universidades, hasta el año 1995, Universidad Católica de Valparaíso, Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación, Universidad Mayor, Universidad de Concepción, y Universidad Austral de Valdivia.
A partir de 1996, la Universidad de Chile está realizando un Plan Piloto al anexar en todas sus carreras una Cátedra sobre el Adulto Mayor. "Se encuentra recién inaugurada la Unidad Académica de Gerontología de la Universidad de Chile, en el Hospital Geriátrico, dirigida por la Dra. Ximena Bunster. Esta Unidad incentivará la investigación, la docencia y la difusión de los temas relacionados con el adulto mayor, a través de un programa interdisciplinario." El tema continúa ganando espacios.
El Estado asume la responsabilidad que le cabe a través de sus Ministerios. Cada uno en su área, desarrolla la tarea que le compete para atender a esta población. Así, el Ministerio de Salud desarrolla sus Planes de Previsión en Salud, dentro de cuyas políticas se considera un acercamiento hacia el Adulto Mayor para instruirlo en la prevención de enfermedades crónicas; el contacto se realiza a través de los Consultorios de Atención Primaria de todo el país.
El Ministerio de Educación ha considerado una política muy activa para la Educación de Adultos. Sus planes y programas se desarrollan básicamente en dos niveles:
a) desde la Alfabetización hasta Cuarto Año Medio, con proyección al acceso a la Educación Superior, y
b) el Programa Centros de Educación Integrada de Adultos, en que se unen estudio y capacitación laboral.
El Ministerio de Planificación y Cooperación, MIDEPLAN, en su Departamento de División Social, ha creado el Programa para el Adulto Mayor, a partir de 1990. Su función es de coordinación de todas las iniciativas y actividades que se desarrollan en beneficio de esta parte de la población, sean éstas de carácter público o privado. En 1993 elaboró y entregó al conocimiento público, las "Políticas Nacionales sobre Envejecimiento y Vejez." Como una forma de apoyar las iniciativas privadas y comunitarias a la presentación de proyectos para el Adulto Mayor, el Ministerio abre esta posibilidad a través del Fondo de Solidaridad e Inversión Social, FOSIS.
Con el propósito de elaborar una política más específica, se creó en Enero de 1995, la Comisión Nacional para el Adulto Mayor, presidida por la señora Marta Larraechea de Frei. Esta Comisión funciona en base a Sub-Comisiones.
En cada Unidad Vecinal, los Adultos Mayores se han organizado, mayoritariamente en Clubes, los que reciben gran apoyo del Programa para el Adulto Mayor, pero dejando abierta la opción a la iniciativa de los propios beneficiados.
En forma paralela a este desarrollo comunitario existen grupos, de carácter privado, que realizan actividades en beneficio de los mayores y que se encuentran del mismo modo vinculados al Programa para el Adulto Mayor. Esta preocupación y actividad en torno al Adulto Mayor responde al planteamiento asumido por nuestras autoridades públicas y privadas, de que el Hombre es un Ser Social y como tal su vida se encuentra vinculada esencialmente a la sociedad. La soledad lo paraliza.